Fue un médico, naturalista, fisiólogo, y literato italiano. Franchesco Redí demostró que los insectos no nacen por generación espontánea, por lo que se le considera el fundador de la helmintología (el estudio de los gusanos). Realizó estudios sobre el veneno de las víboras, y escribió Observaciones en torno a las víboras.
Experimento de Redí
En una época en la que se creía tanto en la creación como en la generación espontánea, Francesco Redí era uno de los que dudaba de ella, por lo que realizó en el siguiente experimento: Colocó una víbora muerta, un pescado y un trozo de carne de ternera en frascos, los cerró y selló. En otros frascos colocó los mismos componentes, pero los dejó abiertos. Los resultados fueron muy interesantes. En los frascos cerrados y sellados no había gusanos, aunque su contenido se había podrido y olía mal.
En los frascos abiertos, en cambio, se veían gusanos y moscas que entraban y salían. Por lo tanto, la carne de los animales muertos no puede engendrar gusanos a menos que sean depositados en ella huevos de animales.
Antoni Van Leeuwenhoek
Van Leeuwenhoek no sabía leer latín, no tenia educación y trabajaba en una tienda. A pesar de todo esto, revoluciono la historia de la ciencia.
Antoni molió varios lentes de alta calidad para construir sus propios microscopios, (aun se conservan diez de ellos), los que luego utilizaría en el descubrimiento de bacterias y protozoos en agua estancada y saliva humana. En 1677, descubrió el espermatozoide en seres humanos. Cuando muchos creían que insectos y parásitos salían del trigo o la arena. Van Leeuwenhoek comprobó que estos nacían de huevos pequeños. Además. Describió el ciclo vital de las hormigas, en sus etapas de huevo, crisálida y larva.
Fue la primera persona en observar organismo microscópicos, entre 1674 y 1717.
John Turberville Needham
John Turberville Needham ( de 1713 - 30 de diciembre de 1781), biólogo
inglés. En 1745 John Needham hirvió trozos de carne para destruir los
organismos preexistentes y los colocó en un recipiente abierto. Al cabo de un
tiempo observó colonias de microorganismos sobre la superficie y concluyó que
se generaban espontáneamente a partir de la carne. En 1769, Lazzaro Spallanzani
repitió el experimento pero tapando los recipientes, no apareciendo las
colonias, lo que contradecía la teoría de la generación espontánea. Pero
Needham argumentó que el aire era esencial para la vida incluía la generación
espontánea de microorganismos y este aire había sido excluido en los
experimentos de Spallanzani.
En la segunda mitad del siglo XIX, Luis Pasteur realizó una serie de experimentos que probaron definitivamente que también los microbios se originaban a partir de otros microorganismos. Pasteur estudió de forma independiente el mismo fenómeno que Redí. Utilizó dos matraces de cuello de cisne (similares a un Balón de destilación con boca larga y encorvada). Estos matraces tienen los cuellos muy alargados que se van haciendo cada vez más finos, terminando en una apertura pequeña, y tienen forma de "S". En cada uno de ellos metió cantidades iguales de caldo de carne (o caldo nutritivo) y los hizo hervir para poder eliminar los posibles microorganismos presentes en el caldo. La forma de "S" era para que el aire pudiera entrar y sin embargo que los microorganismos se quedasen en la parte más baja del tubo. Pasado un tiempo observó que ninguno de los caldos presentaba seña alguna de la presencia de algún microorganismo y cortó el tubo de uno de los matraces. El matraz abierto tardó poco en descomponerse, mientras que el cerrado permaneció en su estado inicial. Pasteur demostró así que los microorganismos tampoco provenían de la generación espontánea. Gracias a Pasteur, la idea de la generación espontánea fue desterrada del pensamiento científico y a partir de entonces se aceptó de forma general el principio que decía que todo ser vivo procede de otro ser vivo. Aún se conservan en museo algunos de estos matraces que utilizó Pasteur para su experimento, y siguen permaneciendo estériles.
Lazzaro Spallanzani
Spallanzani demostró que no existe la generación espontánea de la vida,
abriendo camino a Pasteur. En 1769, tras rechazar la teoría de la generación
espontánea, Spallanzani diseñó experimentos para refutar los realizados por el
sacerdote católico inglés John Turberville Needham, que había calentado y
seguidamente sellado caldo de carne en diversos recipientes; dado que se habían
encontrado microorganismos en el caldo tras abrir los recipientes, Needham
creía que esto demostraba que la vida surge de la materia no viviente. No
obstante, prolongando el periodo de calentamiento y sellando con más cuidado
los recipientes, Spallanzani pudo demostrar que dichos caldos no generaban
microorganismos mientras los recipientes estuvieran sellados y esterilizados.
Luis Pasteur
En la segunda mitad del siglo XIX, Luis Pasteur realizó una serie de experimentos que probaron definitivamente que también los microbios se originaban a partir de otros microorganismos. Pasteur estudió de forma independiente el mismo fenómeno que Redí. Utilizó dos matraces de cuello de cisne (similares a un Balón de destilación con boca larga y encorvada). Estos matraces tienen los cuellos muy alargados que se van haciendo cada vez más finos, terminando en una apertura pequeña, y tienen forma de "S". En cada uno de ellos metió cantidades iguales de caldo de carne (o caldo nutritivo) y los hizo hervir para poder eliminar los posibles microorganismos presentes en el caldo. La forma de "S" era para que el aire pudiera entrar y sin embargo que los microorganismos se quedasen en la parte más baja del tubo. Pasado un tiempo observó que ninguno de los caldos presentaba seña alguna de la presencia de algún microorganismo y cortó el tubo de uno de los matraces. El matraz abierto tardó poco en descomponerse, mientras que el cerrado permaneció en su estado inicial. Pasteur demostró así que los microorganismos tampoco provenían de la generación espontánea. Gracias a Pasteur, la idea de la generación espontánea fue desterrada del pensamiento científico y a partir de entonces se aceptó de forma general el principio que decía que todo ser vivo procede de otro ser vivo. Aún se conservan en museo algunos de estos matraces que utilizó Pasteur para su experimento, y siguen permaneciendo estériles.